Senderismo ‘Entre támaras y palmeras’: un viaje al corazón de Phoenix canariensis

Con la ruta de senderismo «Entre támaras y palmeras» realizada el pasado domingo, 19 noviembre, concluyeron las jornadas celebradas por la Asociación Bioagaete Cultural Solidario dedicadas a la palmera canaria (Phoenix canariensis); una actividad de senderismo que  permitió a un grupo de quince caminantes conocer el gran valor natural, paisajístico, etnográfico, arqueológico y cultural de La Sorrueda, en el municipio de Santa Lucía de Tirajana, donde el palmeral es la especie original del barranco y sus inmediaciones.

 La ruta se inició con una visita al entorno arqueológico de Las Fortalezas, comenzando por La Fortaleza Grande, hogar de los primeros habitantes de Gran Canaria y también utilizado como granero, lugar de culto y espacio funerario. Una vez dejadas atrás La Fortaleza Grande, Titana y La Fortaleza Chica, la ruta continuó hacia la presa de Tirajana, que junto al palmeral de La Sorrueda protagonizaron las mejores postales turísticas de la isla de Gran Canaria en los años noventa.

Pepe Rodríguez, Presidente de la Heredad acequia alta de Sardina y Aldea Blanca, explicó que actualmente el caudal está muy mermado debido a las escasas lluvias en los últimos años. «Siempre tenemos que dejar una cantidad de agua mínima para que se mantenga la vida ahí», acotó .

Agregó que en sus aguas se puede aún apreciar los movimientos agitados de las carpas y que la presa ha sido en el pasado el hogar de muchas aves, prácticamente desaparecidas en esta zona como la calandra, el pájaro linacero, el pájaro moro, el alcaraván, la abubilla.

»Los pesticidas de las plantaciones,  además de la falta de agua, han hecho mucho daño a las aves (…)» comentó Pepe, tras explicar sobre los efectos del cambio climático en la falta de agua. »La presa tiene un primer lleno por el año 1979 y hasta nuestros días ha tenido cinco llenos, no ha tenido más. Siempre se llenaba con una regularidad de entre cinco y seis años, pero es que ya llevamos desde el 2010 que no se llena. Algunos años no ha cogido nada de agua», continuó Rodriguez, uno de los grandes conocedores de la zona que se unió al grupo, compartiendo todos sus conocimientos y convirtiéndose en un guía de excepción invaluable.

Atravesar el corazón del palmeral que puebla el margen de la presa fue toda una aventura para el grupo, ya que en el sendero hubo de sortear, no sin algunas dificultades, diferentes túneles plagados de cañas, de hojas de palmeras, así como otros excavados en la  misma roca. 

Ascender por el barranco de Tirajana hacia Ingenio de Santa Lucía permitió disfrutar de las panorámicas de diferentes palmerales como los del Sitio de Abajo y del propio Ingenio, visitar una zona muy exótica de rocas basálticas de color rojizo, repletas de aprendices a la escalada en pleno domingo,  conocer el túnel del Trasvasur a través de Pepe Rodriguez y el bien conservado Molino de agua de Cho Cabello.

Regresando al punto de partida la sorpresa nos llegó al atravesar el encantador y pintoresco pago de casas canarias de La Sorrueda, rodeado de palmeras y donde el Alpendre de Félix permitió recuperar fuerzas y brindar con todos los caminantes por un fascinante y caluroso día entre támaras y palmeras.

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