Con el objetivo de concienciar sobre la importancia de las abejas, tanto para las personas como para el planeta, la Asociación Bioagaete Cultural Solidario realizó el pasado 19 de mayo, la ‘Ruta de las Abejas Felices’, una experiencia etnobotánica que conjugó la agricultura ecológica, los sabores de Agaete y el senderismo.
Las poblaciones de abejas han disminuido en todo el mundo en las últimas décadas debido a la pérdida de hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de productos agroquímicos como los pesticidas, lo que supone una amenaza para el bienestar y el sustento de los seres humanos, según ha advertido la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de su Programa para el Medio Ambiente.
BIODRAGO, MÁS DE 20 AÑOS DE HISTORIA
La actividad empezó con un recorrido en el vivero Biodrago, en El Valle de Agaete, donde el médico Jorge Cruz Suárez, propietario del vivero; junto a Vicente Díaz Melián, experto en plantas medicinales, profundizaron en el conocimiento sobre el uso tradicional de las plantas medicinales.
De esta manera, el Día Mundial de las Abejas, estuvo protagonizado por estos dos divulgadores del uso de las plantas en la medicina tradicional, en un entorno natural que condensa no sólo una rica variedad de ochenta especies, sino mucha historia y utilidad.
El Doctor Cruz Suárez, autor del libro Más de 100 plantas medicinales, explicó que el huerto nació en el año 2000, aunque sus inquietudes por la medicina natural asomaron muchos años antes, cuando estudiaba medicina. La intención era que todas las plantas del huerto fueran naturalizadas en las Islas Canarias o que crecieran naturalmente. Este esfuerzo se mantiene y también se pueden encontrar algunas otras especies, debido a su importancia.
Añadió que Biodrago apuesta por la permacultura, “una especie de agricultura ecológica, más radical o más auténtica, con el diseño de los espacios en espiral, que imita las formas en la naturaleza, que por lo visto es una forma geométrica mágica, por así decirlo».
LA APITERAPIA
Vicente Díaz Melián, conocido «yerbero» de Gran Canaria, una referente en el conocimiento de las plantas medicinales.
Manuel Medina Santana, uno de los participantes de la actividad y experto en el estudio de las abejas, expresó que tanto las abejas como las plantas están interrelacionados, existiendo una dependencia entre sí.
“La abeja juega un papel muy importante dentro de la biodiversidad. La polinización. Si no existieran las abejas, los polinizadores, los frutos no se darían (…). Hay diferentes tipos de polinización en una misma planta está la parte femenina y la parte masculina y ella sola se auto fecundan, pero hay plantas que necesitan de la polinización cruzada que es, por ejemplo, una planta varón y otra femenina; entonces, la abeja coge el polen aquí y va a la otra y lo que hace es fecundar”, profundizó.
Medina Santana se dedica a la apiterapia, una alternativa que, según explicó, toma el veneno de la abeja para su uso en terapias curativas. Este veneno, cuyo nombre científico es apitoxina, tiene muchas propiedades terapéuticas, con productos como la cera, jalea real, polen, más la pitoxina, forman la apiterapia, que se pueden aplicar para la esclerosis múltiple, lupus, fibromialgia, enfermedad de Lyme, cáncer, el VIH, psoriasis, artrosis, artritis, túnel carpiano y una amplia gama de usos en temas sanitarios y medicinales.
EL AROMA Y SABOR DEL CAFÉ PLATINIUM
Después de escudriñar en el mundo de la medicina natural, el grupo visitó la Finca de Café Platinum, introduciéndose entre las plantas con una visita guiada a la plantación de café, donde se explicó el proceso del café y el por qué de su sabor especial.
La historia de la producción de café en El Valle se traslada unos 120 años atrás, según Santiago Lugo, propietario de la finca, y la particularidad de su producción reside en que está plantado al sol y tan solo a 225 metros a nivel del mar. Es de la variedad arábica típica y totalmente ecológica.
El servicio familiar y personalizado a los visitantes es otra de las cualidades de la finca enriquecida por la variedad de árboles frutales que se mezclan con el café.
Además de degustar el particular sabor del café, los visitantes saborearon quesos, dulces locales, mermeladas y la miel Redondo de Guayedra, otra producción ecológica cercana a la zona.
Al finalizar la jornada, el grupo paseó por el barranco de Agaete, reconociendo las distintas plantas silvestres que se encuentran a su paso.
